The menu-dependent nature of regret-minimization creates subtleties when it is applied to dynamic decision problems. It is not clear whether forgone opportunities should be included in the menu. We explain commonly observed behavioral patterns as minimizing regret when forgone opportunities are present. If forgone opportunities are included, we can characterize when a form of dynamic consistency is guaranteed.

In his recent book, The Universe As We Find It, John Heil offers an updated account of his two-category ontology. One of his major goals is to avoid including relations in his basic ontology. While there can still be true claims positing relations, such as those of the form “x is taller than y” and “x causes y,” they will be true in virtue of substances and their monadic, non-relational properties. That is, Heil’s two-category ontology is deployed to provide non-relational (...) truthmakers for relational truths. This paper challenges the success of Heil’s project with respect to causation. The arguments here are not entirely negative, however. An option is made available to Heil’s ontology so that it might, at least to some extent, regain non-relational causings. (shrink)

Namulat sa makipot na kasanayang disiplinal ng metodolohiyang pangkasaysayan na nakatuon sa pagsusuri ng mga dokumento sa arkibo, hindi pa katagalan mula nang mag umpisang mabatid ng mga historyador ang kahalagahan ng kulturang materyal sa kanyang larangan. Higit pa sa pagpapahalaga sa kulturang materyal bilang batis ng kasaysayan, paksa ng sinusuring aklat ang pagsasakasaysayan ng kulturang materyal bilang isang bagong larangan. Tinipon ng mga historyador na patnugot na sina Anne Gerritsen at Giorgio Riello sa Writing Material Culture History ang kontribusyon (...) ng dalawampu’t anim na akademiko mula sa iba’t ibang larangan tulad ng kasaysayan, antropolohiya, arkeolohiya, museolohiya, at kasaysayan ng sining, upang makabuo ng isang batayang aklat tungo sa pagpapayabong ng makabago at interdisiplinaryong larangan ng kasaysayan ng kulturang materyal. Nahahati sa tatlong bahagi ang rebyung ito: ang una’y tatalakay sa pangkabuuang tema na nagbubuklod sa samu’t saring sanaysay na nilalaman ng aklat, ang ikalawa’y magbibigay ng payak na pagbubuod sa bawat kabanata, at ang huli’y tatalunton sa maaaring maging metodolohikal na ambag ng aklat sa larangan ng historiograpiyang Pilipino. (shrink)

Resumen: La presente contribución gira en torno al significado del atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 para la hermenéutica filosófica, en particular la de Gianni Vattimo. El turinés gestó en sus textos de entre 2006 y 2014 una versión nueva de la hermenéutica que se basa en la experiencia de este acontecimiento. Esta nueva hermenéutica estaría atenta al conflicto y a las transformaciones sociales y tendría por núcleo la noción de “evento”, Sin embargo, Vattimo mismo no ofrece una (...) definición operativa adecuada del término. Ante esto, propongo incorporar a la tradición hermenéutica conceptos como “evento” y “milagro”, acuñados por Joseph de Maistre. Se trata de una propuesta de “maistrianización” de la hermenéutica para hacer de ella un discurso viable y fructífero en un mundo violento e inestable. (shrink)

El artículo estudia algunas aportaciones de Ratzinger para una correcta visión de las relaciones de la Iglesia con la política. En primer lugar, afirma que su visión de las relaciones entre fe y razón influye decisivamente en el enfoque de la materia. Después estudia: su respuesta al antiteísmo y al relativismo escéptico; su visión del dualismo cristiano como algo que niega el poder total del Estado; su crítica de las teologías políticas; la fe como cantera de criterios morales para la (...) política. Se concluye que Ratzinger es un referente para construir una renovada teoría de las relaciones entre Iglesia y Estado. (shrink)

ABSTRACT Joseph Halpern and Judea Pearl draw upon structural equation models to develop an attractive analysis of ‘actual cause’. Their analysis is designed for the case of deterministic causation. I show that their account can be naturally extended to provide an elegant treatment of probabilistic causation. 1Introduction 2Preemption 3Structural Equation Models 4The Halpern and Pearl Definition of ‘Actual Cause’ 5Preemption Again 6The Probabilistic Case 7Probabilistic Causal Models 8A Proposed Probabilistic Extension of Halpern and Pearl’s Definition 9Twardy (...) and Korb’s Account 10Probabilistic Fizzling 11Conclusion. (shrink)

Resumen en español. En esta tesis indagamos en el pensamiento de tres autores contrarrevolucionarios europeos de la primera mitad del siglo XIX (1789-1848): Edmund Burke (1729-1797), Joseph de Maistre (1753-1821) y Juan Donoso Cortés (1809-1853). A partir de un estudio de sus obras principales, destacamos las limitaciones de las caracterizaciones contemporáneas sobre el pensamiento conservador y proponemos una clasificación alternativa ajustada a los orígenes políticos de dicha corriente: la distinción entre un conservadorismo como sustantivo y un conservadorismo como adjetivo. (...) Delineada esta distinción, que funciona como hipótesis de trabajo, demostramos su capacidad heurística para conceptualizar el conservadorismo de los autores escogidos. Concluimos destacando las ventajas del punto de vista propuesto para definir a esta corriente de la teoría política y su capacidad de extenderse a otros autores, períodos y corrientes. (shrink)

José Ignacio Moreno es uno de los fundadores de la independencia del Perú. En calidad de tal acompañó el proyecto del General rioplatense José de San Martín de transformar en 1822 la monarquía peruana en un reino independiente. Pero, a diferencia de la multitud de sus contemporáneos, la historiografía apenas lo presenta como un circunstante en la epopeya de la emancipación, de quien no se conserva ni un retrato. El motivo es la extraña adherencia de este personaje a las ideas (...) del ultramontanismo y su temprana cercanía con la obra del contrarrevolucionario francés Joseph de Maistre. Un discurso monárquico extremista en 1822 lo colocaría como el fundador involuntario del Perú como República. (shrink)

En este trabajo, propongo realizar un análisis crítico de la concepción de la “autoridad como servicio” defendida por Joseph Raz, concentrando la atención en la condición de justificación normal. En la sección 2, realizaré una reconstrucción articulada de esta concepción la autoridad como servicio, desagregando las tesis que la componen y mostrando cómo se articulan entre ellas (2.1, 2.2, 2.3), y propondré una versión del contenido del “test de legitimidad” que surge de la postura de Raz para determinar la (...) legitimidad una autoridad (2.4). En la sección 3, plantearé algunos interrogantes acerca de la justificación de la autoridad (política) con base en la condición de justificación normal, relacionados con la oscuridad ínsita a la evaluación de la condición de justificación normal (3.1), la (in)existencia de un modo seguro para verificar la condición de justificación normal (3.2), y una evaluación sobre la (no) necesidad de la condición de justificación normal para las autoridades prácticas políticas (3.3). Finalmente, en la sección 4, ofreceré unas breves palabras conclusivas. (shrink)

El presente artículo discute sobre la inclusión del contrarrevolucionario Joseph de Maistre en la problemática categoría de reaccionario político, pero sostiene que se trata de un conservador. Para llevar a cabo este objetivo, se hace un análisis de tipo teórico de acuerdo con las exigencias de la hermenéutica textual y considerando los aportes de la historia de las ideas y de la historia conceptual. Con esto en mente, en la primera parte de este trabajo se detectan los problemas del (...) uso del concepto de reacción para la teoría política y se demuestra su injustificada aplicación al pensamiento de De Maistre. En la segunda parte, se despliega el concepto de conservadurismo sustantivo para definir la corriente conservadora con vistas a, en la tercera parte, reconsiderar su obra a partir del marco conceptual presentado. Se concluye la conveniencia heurística de la categoría propuesta para la comprensión del autor saboyano. (shrink)

In the last few decades, the historiographical categories rationalism and empiricism have been criticized for their limitations to explain the complex positions and the links held by the philosophers tradiotnally attached to them. This narrative was firstly conceived by Kantian German historians and began to become standard at the turn of the twentieh century. Nonetheless, nineteenth-century French historiography developed other narratives by which early modern philosophers were classified according to alternative criteria. In the first edition of Histoire comparée des systémes (...) de philosophie (1804), Joseph-Marie Degérando distinguishes three first-order early modern schools founded by Bacon, Descartes and Leibniz, respectively. Degérando introduces the empiricism and rationalism distinction as one among others, and not as the fundamental one. In addition, he separates empiricism from experimental philosophy. The last one, along with speculative philosophy, is said to conciliate senses and reason. As a result, this account offers philosophical groupings different from those constructed by the standard narrative. Furthermore, it draws on labels and classification criteria which were part of the early modern philosophical discourse. (shrink)

El objetivo del presente trabajo es analizar dos modelos específicos de discurso sobre la autoridad: un modelo que llamaré «hobbesiano» (representado por Thomas Hobbes) y un modelo que llamaré «raziano» (representado por Joseph Raz). Por un lado, intentaré mostrar que, pese a algunas aparentes similitudes, estos dos modelos son ejemplos de visiones opuestas acerca del tipo de autoridad, y del rol y las consecuencias que se le asignan a ésta en el marco del fenómeno jurídico y social. Por el (...) otro, intentaré mostrar cómo ambos modelos opuestos tienen una importante coincidencia: el fuerte desinterés por su eventual aplicación práctica para analizar la autoridad (especialmente, a nivel justificativo) de casos reales de Estados y sistemas jurídicos. (shrink)

Sowohl Friedrich Schlegel als auch Joseph Görres reagieren mit ihren Einlassungen auf die Idee des "Ewigen Friedens", wie sie vor allem durch Kant vorgetragen und um 1800 durch eine Vielzahl von Autoren im Angesicht einer stürmischen und kriegerischen Zeitenwende diskutiert wurden -/- With their statements, both Friedrich Schlegel and Joseph Görres react to the idea of "eternal peace", as it was primarily put forward by Kant and discussed by a large number of authors around 1800 in the face (...) of a stormy and warlike turning point in time -/- Своими высказываниями и Фридрих Шлегель, и Йозеф Гёррес реагируют на идею «вечного мира», как она была в первую очередь выдвинута Кантом и обсуждалась большим числом авторов около 1800 года перед лицом бурного и воинственного перелома во время -/- Con sus declaraciones, tanto Friedrich Schlegel como Joseph Görres reaccionan a la idea de “paz eterna”, tal y como fue planteada principalmente por Kant y discutida por un gran número de autores hacia 1800 ante un tormentoso y bélico punto de inflexión. a tiempo. (shrink)

En este trabajo me ocuparé de las resonancias que tuvo el modo en el que Hume aborda la cuestión de la materialidad de la mente en uno de los materialistas más notables de las Islas Británicas del siglo XVIII, Joseph Priestley. La influencia que ejerció el enfoque humeano acerca del materialismo en la obra de Priestley no ha sido suficientemente puesta de relieve o ha sido desestimada. En buena medida, esto se debe a que Priestley tienen una actitud crítica (...) hacia las consecuencias escépticas y ateas que se desprenden de la filosofía de Hume, por lo que generalmente se tiende a presentarlo como uno de sus adversarios. Sin embargo, existen dos grandes puntos de contacto entre sus propuestas que estudiaré en lo que sigue: (1) ambos abordan la cuestión del origen del pensamiento, haciendo a un lado la cuestión de la naturaleza de la sustancia de la que estaría compuesta la mente —por ser inaccesible a nuestro conocimiento— y preguntándose por la causa del pensamiento, y (2) Priestley se sirve de una concepción de la causalidad inspirada en buena medida por la de Hume y la emplea como uno de los pilares de su materialismo, al sostener que la conjunción constante entre características mentales y organismos con un cerebro funcional nos da la mayor seguridad posible de que existe una relación causal entre ambos. (shrink)

Quien enseña sin emancipar no solo embrutece, predicaba Joseph Jacotot, sino que también adoctrina. Pasado un siglo y medio desde entonces, el filósofo y esteta francés emérito de la Universidad de París VIII y European Graduate School Jacques Rancière, en un ejercicio característico de la filosofía de la educación, publica en 1987 El maestro ignorante a partir de la experiencia de Jacotot. A lo largo de su vida y producción literaria, Rancière reflexiona concienzudamente sobre la naturaleza del proceso de (...) enseñanza y aprendizaje humano y se pregunta: ¿es posible enseñar? ¿qué decide el alumnado en su proceso de aprendizaje? ¿Cuáles son los límites de la palabra transmitida en el aprendizaje? ¿Es la determinación del saber un ejercicio del poder? ¿Son todos los seres humanos capaces de comprender lo que otros hacen y saben? ¿Qué relación hay entre el poder del maestro y el poder de la palabra? (shrink)

Corcoran’s 27 entries in the 1999 second edition of Robert Audi’s Cambridge Dictionary of Philosophy [Cambridge: Cambridge UP]. -/- ancestral, axiomatic method, borderline case, categoricity, Church (Alonzo), conditional, convention T, converse (outer and inner), corresponding conditional, degenerate case, domain, De Morgan, ellipsis, laws of thought, limiting case, logical form, logical subject, material adequacy, mathematical analysis, omega, proof by recursion, recursive function theory, scheme, scope, Tarski (Alfred), tautology, universe of discourse. -/- The entire work is available online free at more than (...) one website. Paste the whole URL. http://archive.org/stream/RobertiAudi_The.Cambridge.Dictionary.of.Philosophy/Robert.Audi_The.Cambrid ge.Dictionary.of.Philosophy -/- The 2015 third edition will be available soon. Before you think of buying it read some reviews on Amazon and read reviews of its competition: For example, my review of the 2008 Oxford Companion to Philosophy, History and Philosophy of Logic,29:3,291-292. URL: http://dx.doi.org/10.1080/01445340701300429 -/- Some of the entries have already been found to be flawed. For example, Tarski’s expression ‘materially adequate’ was misinterpreted in at least one article and it was misused in another where ‘materially correct’ should have been used. The discussion provides an opportunity to bring more flaws to light. -/- Acknowledgements: Each of these entries was presented at meetings of The Buffalo Logic Dictionary Project sponsored by The Buffalo Logic Colloquium. The members of the colloquium read drafts before the meetings and were generous with corrections, objections, and suggestions. Usually one 90-minute meeting was devoted to one entry although in some cases, for example, “axiomatic method”, took more than one meeting. Moreover, about half of the entries are rewrites of similarly named entries in the 1995 first edition. Besides the help received from people in Buffalo, help from elsewhere was received by email. We gratefully acknowledge the following: José Miguel Sagüillo, John Zeis, Stewart Shapiro, Davis Plache, Joseph Ernst, Richard Hull, Concha Martinez, Laura Arcila, James Gasser, Barry Smith, Randall Dipert, Stanley Ziewacz, Gerald Rising, Leonard Jacuzzo, George Boger, William Demopolous, David Hitchcock, John Dawson, Daniel Halpern, William Lawvere, John Kearns, Ky Herreid, Nicolas Goodman, William Parry, Charles Lambros, Harvey Friedman, George Weaver, Hughes Leblanc, James Munz, Herbert Bohnert, Robert Tragesser, David Levin, Sriram Nambiar, and others. -/- . (shrink)

Two competing accounts of value incomparability have been put forward in the recent literature. According to the standard account, developed most famously by Joseph Raz, ‘incomparability’ means determinate failure of the three classic value relations ( better than , worse than , and equally good ): two value-bearers are incomparable with respect to a value V if and only if (i) it is false that x is better than y with respect to V , (ii) it is false that (...) x is worse than y with respect to V and (iii) it is false that x and y are equally good with respect to V . Most philosophers have followed Raz in adopting this account of incomparability. Recently, however, John Broome has advocated an alternative view, on which value incomparability is explained in terms of vagueness or indeterminacy . In this paper I aim to further Broome’s view in two ways. Firstly, I want to supply independent reasons for thinking that the phenomenon of value incomparability is indeed a matter of the indeterminacy inherent in our comparative predicates. Secondly, I attempt to defend Broome’s account by warding off several objections that worry him, due mainly to Erik Carlson and Ruth Chang. (shrink)

La categoría ‘arte conceptual’ se aplica a una gran cantidad de obras de arte contemporáneo. El artista Sol LeWitt introdujo el término en la jerga del arte al describir obras de arte donde “la idea o el concepto es el aspecto más importante de la obra” (LeWitt 1967: 79, traducción mía). Inicialmente, el término se utilizó para referirse a obras producidas entre finales de los años sesenta y principios de los setenta por artistas como Sol LeWitt, Robert Barry, Lawrence Weiner, (...) On Kawara, Joseph Kosuth, John Baldessari, el grupo Art & Language y otros (véase Lippard 1973). En España fueron relevantes el Grup de Treball, Zaj o Esther Ferrer entre otros. Más tarde se hizo evidente no solo que obras como Fuente (1917) de Marcel Duchamp – un urinario de porcelana, que fue firmado “R. Mutt” y presentado para una exposición de la Sociedad de Artistas Independientes – tenían mucho en común con aquellas producidas a finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, sino también que obras de arte conceptual continuaron siendo producidas a lo largo de la década de 1970 y las décadas siguientes, hasta el punto de que podría argumentarse que gran parte del arte contemporáneo es, en cierta medida, conceptual. -/- Es característico de los primeros autores conceptuales el uso del lenguaje natural en obras que son en principio visuales o plásticas, como las frases de Weiner, las definiciones de Kosuth o los ensayos de Art&Language. Se trata de un interés por el significado y el lenguaje heredado de la semiótica y la filosofía analítica de la época. También señala el énfasis (a menudo exclusivo) de todas las obras de arte conceptual en el elemento conceptual, como ocurre en los dibujos y pinturas murales de LeWitt, donde el artista produjo las instrucciones para su ejecución, luego las realizó en colaboración con otros, o transfirió completamente a otros esta tarea. Otra característica de las primeras obras de arte conceptual es que los artistas no manipularon ningún material para producir un objeto (como en Fuente de Duchamp) o usaron materiales excéntricos como el lenguaje natural, su propio cuerpo -como en I am the locus (# 1) (1975) de Adrian Piper, una performance en la que la artista se pegó un bigote en la cara, se puso una peluca Afro y anteojos redondos con montura de alambre y caminó en las calles actuando como un hombre-, o el chocolate con el que Anya Gallaccio revistió las paredes de un viejo edificio agrícola en Stroke (2004), dejando que el público las tocara y que el chocolate se pudriese. -/- Debido a sus características inusuales, el arte conceptual plantea muchas preguntas filosóficas: sobre la definición de arte, sobre la ontología y los medios de las obras de arte y sobre nuestra experiencia apreciativa de ellas. En lo que sigue, presentaré brevemente cada uno de estos temas. (shrink)

En la segunda mitad del siglo XVIII tuvo lugar un debate entre Thomas Reid y Joseph Priestley acerca de la naturaleza de la mente y su interacción con el cuerpo. En el marco de la defensa de la religión cristiana y en nombre de principios metodológicos experimentalistas y newtonianos, los autores defienden propuestas radicalmente diferentes acerca de la relación entre la mente y la materia. Sus divergencias se vinculan con la interpretación del método newtoniano y su concepción de la (...) materia, lo que delineará dos actitudes: una dualista, de carácter más conservador por parte de Reid y una materialista, heterodoxa e innovadora por parte de Priestley. (shrink)

PREMISSA No século XIX, ocorreram transformações impulsionadas pela emergência de novas fontes energéticas (água e petróleo), por novos ramos industriais e pela alteração profunda nos processos produtivos, com a introdução de novas máquinas e equipamentos. Depois de 300 anos de exploração por parte das nações europeias, iniciou -se, principalmente nas colônias latino-americanas, um processo intenso de lutas pela independência. É no século XIX, já com a consolidação do sistema capitalista na Europa, que se encontra a herança intelectual mais próxima da (...) qual surgirá a Sociologia como ciência particular. No início desse século, as ideias do Conde de Saint-Simon (1760-1825), de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), de David Ricardo (1772-1823) e de Charles Darwin (1809-1882), entre outros, foram o elo para que Alexis de Tocqueville (1805-1859), Auguste Comte (1798-1857), Karl Marx (1818 -1883) e Herbert Spencer (1820-1903), entre outros, desenvolvessem reflexões sobre a sociedade de seu tempo. Auguste Comte e Karl Marx foram os pensadores que lançaram as bases do pensamento sociológico e de duas grandes tradições – a positivista e a socialista – que muito influenciaram o desenvolvimento da Sociologia no Brasil. 1 AUGUSTE COMTE E A TRADIÇÃO POSITIVISTA Isidore Auguste Marie François Xavier Comte nasceu em Montpellier, na França, em 19 de janeiro de 1798. Com 16 anos de idade, ingressou na Escola Politécnica de Paris, fato que teria significativa influência na orientação posterior de seu pensamento. De 1817 a 1824, foi secretário do Conde de Saint-Simon. Comte declarou que, com Saint -Simon, aprendeu muitas coisas que jamais encontraria nos livros e que, no pouco tempo em que conviveu com o conde, fez mais progressos do que faria em muitos anos, se estivesse sozinho. Toda a obra de Comte está permeada pelos acontecimentos que ocorreram após a Revolução Francesa de 1789. Ele defendeu parte dos princípios revolucionários e criticou a restauração da monarquia, preocupando-se fundamentalmente em reorganizar a sociedade, que, no seu entender, estava em ebulição e mergulhada no caos. Para Comte, a desordem e a anarquia imperavam em virtude da confusão de princípios (metafísicos e teológicos), que não se adequavam à sociedade industrial em expansão. Era, portanto, necessário superar esse estado de coisas, usando a razão como fundamento da nova sociedade. Propôs, então, a mudança da sociedade por meio da reforma intelectual plena das pessoas. De acordo com o pensador, com a modificação do pensamento humano, por meio do método científico, que ele chamava de “filosofia positiva”, haveria uma reforma das instituições. Com a proposta do estudo da sociedade por meio da análise de seus processos e estruturas, e da reforma prática das instituições, Comte criou uma nova ciência, à qual deu o nome de “física social”, passando a chamá-la posteriormente de Sociologia. A Sociologia representava, para Comte, o coroamento da evolução do conhecimento, mediante o emprego de métodos utilizados por outras ciências, que buscavam conhecer os fenômenos constantes e repetitivos da natureza: a observação, a experimentação, a comparação e a classificação. De acordo com esse pensador, a Sociologia, como as ciências naturais, deve sempre procurar a reconciliação entre os aspectos estáticos e os dinâmicos do mundo natural ou, no caso da sociedade humana, entre a ordem e o progresso. O lema da “filosofia positiva” proposta por Comte era “conhecer para prever, prever para prover”, ou seja, o conhecimento é necessário para fazer previsões e também para solucionar possíveis problemas. A influência de Comte no desenvolvimento da Sociologia foi marcante, sobretudo, na escola francesa, evidenciando-se em Émile Durkheim e seus contemporâneos e seguidores. Seu pensamento esteve presente em muitas das tentativas de criar tipologias para explicar a sociedade. Suas principais obras são: Curso de filosofia positiva (1830-1842), Discurso sobre o espírito positivo (1848), Catecismo positivista (1852) e Sistema de política positiva (1854). Para concluirmos, Comte explanava que para a superação da anarquia reinante na nova sociedade industrial, a filosofia positivista defendia a subordinação do progresso à ordem. O mesmo era contra o retorno de Luís XVIII ao trono: em sua concepção, a sociedade industrial que emergia requeria um governo fundado na razão. 2 A TRADIÇÃO SOCIALISTA: KARL MARX E FRIEDRICH ENGELS Karl Heinrich Marx nasceu em Tréveris, na antiga Prússia, hoje Alemanha, em 1818 e, em 1830, ingressou no Liceu Friedrich Wilhelm, nessa mesma cidade. Anos depois, foi cursar Direito na Universidade de Bonn, transferindo-se para Berlim em seguida. Pouco a pouco, entretanto, seus interesses migraram para a Filosofia, área na qual defendeu, em 1841, a tese de doutorado A diferença da filosofia da natureza em Demócrito e Epicuro. Sua vida universitária foi marcada pelo debate político e intelectual influenciado pelo pensamento de Ludwig Feuerbach (1804-1872) e, principalmente, pelo de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770- 1831). Friedrich Engels (1820-1895) nasceu em Barmen (Renânia), na antiga Prússia, hoje Alemanha, filho mais velho de um rico industrial do ramo têxtil. Terminou sua formação secundária em 1837 e a partir de então sua formação intelectual foi por conta própria (autodidata), com alguns cursos universitários esparsos e de curta duração. Desde cedo começou a trabalhar nas empresas de seu pai e foi nessa condição que se deslocou para Bremen por três anos e depois foi enviado pelos pais a Manchester, na Inglaterra, onde trabalhou nas fábricas da família. Engels ficou impressionado com a miséria na qual viviam os trabalhadores das fábricas inglesas. Os dois, Marx e Engels, se encontraram em 1842, quando Marx passou a escrever para A Gazeta Renana, jornal da província de Colônia, do qual Engels era colaborador e mais tarde editor-chefe. O jornal, que criticava o poder prussiano, foi fechado em 1843, e Marx se viu desempregado. Ao perder o emprego, mudou-se para Paris, na França. Ali escreveu, em 1844, os Manuscritos econômico-filosóficos (só publicados em 1932) e, junto com F. Engels, o livro A sagrada família. Por sua vez, F. Engels, em 1844, decidiu voltar para a Alemanha, onde publicou, em 1845, A situação da classe trabalhadora na Inglaterra. Entre 1845 e 1847, Marx exilou-se em Bruxelas, na Bélgica, onde escreveu A ideologia alemã (em parceria com Friedrich Engels) e Miséria da filosofia (1847), obra na qual criticou o filósofo Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865). Em 1848, ainda na Bélgica, a parceria com Engels se solidificou ao escreverem juntos o livreto O Manifesto Comunista. Em 1848, Marx foi expulso da Bélgica e retornou a Colônia, na Alemanha (Prússia), sempre pensando na possibilidade de uma mudança estrutural em sua terra natal. Isso, entretanto, não aconteceu e Marx foi expulso da Alemanha em 1849, ano em que migrou para Londres, na Inglaterra, onde permaneceu até o fim da vida. Lá escreveu O 18 Brumário de Luís Bonaparte (1852), sua mais importante obra de reflexão sobre a vida política europeia do século XIX, desenvolveu pesquisas e concluiu seu maior trabalho: O capital: crítica da economia política. O primeiro volume dessa obra foi publicado em 1867; os outros três, em 1885, 1894 e 1905, após a morte de Marx, revisados por F. Engels. 2.1 O contexto histórico e a obra de Marx e Engels Para situar a obra de Marx e Engels, é necessário conhecer um pouco do que acontecia em meados do século XIX. Com as transformações que ocorriam no mundo ocidental, principalmente na esfera da produção industrial, houve um crescimento expressivo no número de trabalhadores industriais urbanos, com uma consequência evidente: precariedade da vida dos operários nas cidades. As condições de trabalho no interior das fábricas eram péssimas. Os empregados eram superexplorados, alimentavam-se mal e trabalhavam em ambientes insalubres. Para enfrentar essa situação e tentar modificá-la, os trabalhadores passaram a se organizar em associações e sindicatos e a promover movimentos de reivindicação. Desenvolveu-se, então, uma discussão das condições sociais, políticas e econômicas para se definirem as possibilidades de intervenção nessa realidade. Desde o início do século XIX, muitos pensadores discutiram essas questões, nas perspectivas socialista e anarquista. Na Inglaterra podem ser citados, entre outros: William Godwin (1756-1836), Thomas Spence (1750-1814), Thomas Paine (1737-1809), Robert Owen (1771-1858) e Thomas Hodgkin (1787-1866). Na França, destacaram-se Étienne Cabet (1788- 1856), Flora Tristan (1803-1844), Charles Fourier (1772-1837) e Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865). Marx e Engels levaram em conta esses pensadores, debatendo com alguns contemporâneos e criticando-os. Além disso, incorporaram a tradição da economia clássica inglesa, presente principalmente nas obras de Adam Smith e de David Ricardo. Pode-se dizer, portanto, que Marx e Engels desenvolveram seu trabalho com base na análise crítica da economia política inglesa, do socialismo utópico francês e da filosofia alemã. Esses dois autores não buscavam definir uma ciência específica para estudar a sociedade (como a Sociologia, para Auguste Comte) ou situar seu trabalho em um campo científico particular. Em alguns escritos, Marx afirmou que a História seria a ciência que mais se aproximava de suas preocupações, por abarcar as múltiplas dimensões da sociedade, a qual deveria ser analisada na totalidade, não havendo uma separação rígida entre os aspectos sociais, econômicos, políticos, ideológicos, religiosos, culturais etc. O objetivo de Marx e Engels era estudar criticamente a sociedade capitalista com base em seus princípios constitutivos e em seu desenvolvimento, visando dotar a classe trabalhadora de uma análise política da sociedade de seu tempo. Assim, a tradição socialista nascida da luta dos trabalhadores, muitos anos antes e em situações diferentes, tem como expressão intelectual o pensamento de Karl Marx e Friedrich Engels. Para entender as concepções fundamentais de Marx e Engels é necessário fazer a conexão entre as lutas da classe trabalhadora, suas aspirações e as ideias revolucionárias que estavam presentes no século XIX na Europa. Para eles, o conhecimento científico da realidade só tem sentido quando visa à transformação dessa mesma realidade. A separação entre teoria e prática não é discutida, pois a “verdade histórica” não é algo abstrato e que se define teoricamente; sua verificação está na prática. Apesar de haver algumas diferenças em seus escritos, os elementos essenciais do pensamento de Marx e Engels podem ser assim sintetizados: • historicidade das ações humanas – crítica ao idealismo alemão; • divisão social do trabalho e o surgimento das classes sociais – a luta de classes; • o fetichismo da mercadoria e o processo de alienação; • crítica à economia política e ao capitalismo; • transformação social e revolução; • utopia – sociedade comunista. A obra desses dois autores é muito vasta e não ficou vinculada estritamente aos movimentos sociais dos trabalhadores. Pouco a pouco foi introduzida nas universidades como parte do estudo em diferentes áreas do conhecimento. Estudiosos de Filosofia, Sociologia, Ciência Política, Economia, História e Geografia, entre outras áreas, foram influenciados por ela. Na Sociologia, como afirma Irving M. Zeitlin, no livro Ideología y teoría sociológica, tanto Max Weber quanto Émile Durkheim fizeram, em suas obras, um debate com as ideias de Karl Marx. Pelas análises da sociedade capitalista de seu tempo e a repercussão que tiveram em todo o mundo, principalmente no século XX, nos movimentos sociais e nas universidades, Marx e Engels são considerados autores clássicos da Sociologia. No campo dessa disciplina, porém, o pensamento deles ficou um pouco restrito, pois perdeu aquela relação entre teoria e prática (práxis), ou seja, entre a análise crítica e a prática revolucionária. Essa relação esteve presente, por exemplo, na vida e na obra dos russos Vladimir Ilitch Ulianov, conhecido como Lênin (1870-1924), e Leon D. Bronstein, conhecido como Trotsky (1879-1940), da alemã Rosa Luxemburgo (1871-1919) e do italiano Antonio Gramsci (1891- 1937), que tiveram significativa influência no movimento operário do século XX. Com base no trabalho de Marx e Engels, muitos autores desenvolveram estudos acadêmicos em vários campos do conhecimento. Podemos citar, por exemplo, Georg Lukács (1885-1971), Theodor Adorno (1903-1969), Walter Benjamin (1892-1940), Henri Lefebvre (1901-1991), Lucien Goldmanm (1913 -1970), Louis Althusser (1918 -1990), Nikos Poulantzas (1936-1979), Edward P. Thompson (1924-1993) e Eric Hobsbawm (1917 -2012). O pensamento de Marx e Engels continua, assim, presente em todo o mundo, com múltiplas tendências e variações, sempre gerando controvérsias. REFERENCIAL TEÓRICO GEMKOW, H.; PSUA, I. M. L. Marx e Engels: Vida e Obra. São Paulo: Alfa e Ômega, 1984. 232 pp. GIANOTTI, J. A. Comte. São Paulo: Abril Cultural, 1978. 318 pp. (Col. Os Pensadores) KONDER, L. Marx: vida e obra. 7ª ed. São Paulo: Paz e Terra, 2007. 154 pp. (Col. Vida e Obra). (shrink)

La presente publicación de Víctor Samuel Rivera reúne diez ensayos, escritos entre los años 2014 y 2017, cuyo foco son las democracias capitalistas liberales, según las llama el autor. Estamos, por consiguiente, ante un trabajo decididamente actual que nos coloca frente a dos evidencias. La primera es que el objeto de estudio ofrece retos singulares, pues se trata de reflexionar acerca del mismo flujo histórico que enmarca nuestras condiciones de saber y fija nuestros horizontes de sentido. La segunda sería que (...) Rivera, al acometer la indagación de un presente vivo, se ha lanzado a articular ideas de primera mano. Nos encontramos, así, ante una apuesta del pensar, justamente aquello que se le pide, en su grado máximo, a la filosofía. (shrink)

El artículo presenta el panorama entero de las ideas políticas del notorio conservador peruano Monseñor Bartolomé Herrera. Se trata por vez primera de un estudio exhaustivo de las redes conceptuales y filosóficas de su peculiar concepción del republicanismo, que se califica aquí de “reaccionario”. Luego de incluirlo en su contexto en la historia de las ideas en la polémica entre liberales y conservadores, el texto sostiene que, aparte de sus influencias neoconservadoras restauracionistas, Herrera, considerado hasta hoy un conservador liberal, habría (...) sido más bien un consumidor militante –pero encubierto- del pensamiento reaccionario del Conde De Maistre, el Vizconde de Bonald y, más particularmente, de Agustín Barruel, fuente reaccionaria descuidada por los especialistas en el pensamiento político peruano. Herrera habría sido un tipo peculiar de republicano: Un republicano reaccionario. Aunque de manera simulada y escondiendo sus fuentes, el Obispo de Arequipa, en tono análogo al Valdegamas de 1848, habría desarrollado una concepción anticontractualista y antiliberal de la república peruana desde una teología política contrarrevolucionaria. (shrink)

This chapter takes the form of a discussion between the editors of this volume and Joseph Agassi, regarding the relationship between methodological individualism and institutional individualism. The focus is on Agassi’s interpretation of traditional methodological individualism in terms of psychologism; the role of institutions and structural factors in social explanation; Popper’s theory of World 3; the application of Weber’s interpretative approach—Verstehen—to typical ways of thinking and acting; and the Austrian School of economics.

Over the last few decades, multiple studies have examined the understanding of participants in clinical research. They show variable and often poor understanding of key elements of disclosure, such as expected risks and the experimental nature of treatments. Did the participants in these studies give valid consent? According to the standard view of informed consent they did not. The standard view holds that the recipient of consent has a duty to disclose certain information to the profferer of consent because valid (...) consent requires that information to be understood. The contents of the understanding and disclosure requirements are therefore conceptually linked. In this paper, we argue that the standard view is mistaken. The disclosure and understanding requirements have distinct grounds tied to two different ways in which a token of consent can be rendered invalid. Analysis of these grounds allows us to derive the contents of the two requirements. It also implies that it is sometimes permissible to enroll willing participants who have not understood everything that they ought to be told about their clinical trials. (shrink)

Belief storage is often modeled as having the structure of a single, unified web. This model of belief storage is attractive and widely assumed because it appears to provide an explanation of the flexibility of cognition and the complicated dynamics of belief revision. However, when one scrutinizes human cognition, one finds strong evidence against a unified web of belief and for a fragmented model of belief storage. Using the best available evidence from cognitive science, we develop this fragmented model into (...) a nascent theory of the cognitive architecture of belief storage. (shrink)

The idea that payment for research participation can be coercive appears widespread among research ethics committee members, researchers, and regulatory bodies. Yet analysis of the concept of coercion by philosophers and bioethicists has mostly concluded that payment does not coerce, because coercion necessarily involves threats, not offers. In this article we aim to resolve this disagreement by distinguishing between two distinct but overlapping concepts of coercion. Consent-undermining coercion marks out certain actions as impermissible and certain agreements as unenforceable. By contrast, (...) coercion as subjection indicates a way in which someone’s interests can be partially set back in virtue of being subject to another’s foreign will. While offers of payment do not normally constitute consent-undermining coercion, they do sometimes constitute coercion as subjection. We offer an analysis of coercion as subjection and propose three possible practical responses to worries about the coerciveness of payment. (shrink)

We examine two competing solutions to Benardete paradoxes: causal finitism, according to which nothing can have infinitely many causes, and the unsatisfiable pair diagnosis (UPD), according to which such paradoxes are logically impossible and no metaphysical thesis need be adopted to avoid them. We argue that the UPD enjoys notable theoretical advantages over causal finitism. Causal finitists, however, have levelled two main objections to the UPD. First, they urge that the UPD requires positing a ‘mysterious force’ that prevents paradoxes from (...) arising. Since such a force is implausible, the UPD is in trouble. Second, they employ recombination or patchwork principles to argue that paradoxical situations would be possible if causal finitism were false. Since such situations are not possible, causal finitism is true, and so a substantive metaphysical thesis is needed to avoid the paradoxes. We argue that the UPD proponent can successfully respond to these objections. (shrink)

We argue that there is a conflict among classical theism's commitments to divine simplicity, divine creative freedom, and omniscience. We start by defining key terms for the debate related to classical theism. Then we articulate a new argument, the Aloneness Argument, aiming to establish a conflict among these attributes. In broad outline, the argument proceeds as follows. Under classical theism, it's possible that God exists without anything apart from Him. Any knowledge God has in such a world would be wholly (...) intrinsic. But there are contingent truths in every world, including the world in which God exists alone. So, it's possible that God contingently has wholly intrinsic knowledge. But whatever is contingent and wholly intrinsic is an accident. So, God possibly has an accident. This is incompatible with classical theism. Finally, we consider and rebut several objections. (shrink)

We draw out significant consequences of a relatively popular theory of metaphysical modality—branching actualism—for cosmological arguments for God’s existence. According to branching actualism, every possible world shares an initial history with the actual world and diverges only because causal powers (or dispositions, or some such) are differentially exercised. We argue that branching actualism undergirds successful responses to two recent cosmological arguments: the Grim Reaper Kalam argument and a modal argument from contingency. We also argue that branching actualism affords a response (...) to one popular defense of the classic contingency argument. What results are new difficulties for several cosmological arguments arising from the metaphysics of modality. (shrink)

After introducing the new field of cultural evolution, we review a growing body of empirical evidence suggesting that culture shapes what people attend to, perceive and remember as well as how they think, feel and reason. Focusing on perception, spatial navigation, mentalizing, thinking styles, reasoning (epistemic norms) and language, we discuss not only important variation in these domains, but emphasize that most researchers (including philosophers) and research participants are psychologically peculiar within a global and historical context. This rising tide of (...) evidence recommends caution in relying on one’s intuitions or even in generalizing from reliable psychological findings to the species, Homo sapiens. Our evolutionary approach suggests that humans have evolved a suite of reliably developing cognitive abilities that adapt our minds, information-processing abilities and emotions ontogenetically to the diverse culturally-constructed worlds we confront. (shrink)

I defend a new argument for causal finitism, the view that nothing can have an infinite causal history. I begin by defending a number of plausible metaphysical principles, after which I explore a host of novel variants of the Littlewood-Ross and Thomson’s Lamp paradoxes that violate such principles. I argue that causal finitism is the best solution to the paradoxes.

Emotional states of consciousness, or what are typically called emotional feelings, are traditionally viewed as being innately programed in subcortical areas of the brain, and are often treated as different from cognitive states of consciousness, such as those related to the perception of external stimuli. We argue that conscious experiences, regardless of their content, arise from one system in the brain. On this view, what differs in emotional and non-emotional states is the kind of inputs that are processed by a (...) general cortical network of cognition, a network essential for conscious experiences. Although subcortical circuits are not directly responsible for conscious feelings, they provide non-conscious inputs that coalesce with other kinds of neural signals in the cognitive assembly of conscious emotional experiences. In building the case for this proposal, we defend a modified version of what is known as the higher-order theory of consciousness. (shrink)

Modal collapse arguments are all the rage in certain philosophical circles as of late. The arguments purport to show that classical theism entails the absurdly fatalistic conclusion that everything exists necessarily. My first aim in this paper is bold: to put an end to action-based modal collapse arguments against classical theism. To accomplish this, I first articulate the ‘Simple Modal Collapse Argument’ and then characterize and defend Tomaszewski’s criticism thereof. Second, I critically examine Mullins’ new modal collapse argument formulated in (...) response to the aforementioned criticism. I argue that Mullins’ new argument does not succeed. Third, I critically examine a powers-based modal collapse argument against classical theism that has received much less attention in the literature. Fourth, I show why God’s being purely actual, as well God’s being identical to each of God’s acts, simply cannot entail modal collapse given indeterministic causation. This, I take it, signals the death of modal collapse arguments. But not all hope is lost for proponents of modal collapse arguments—for the death is a fruitful one insofar as it paves the way for new inquiry into at least two new potential problems for classical theism. Showing this is my paper’s second aim. (shrink)

James Henry Collin recently developed a new symmetry breaker favouring the ontological argument’s possibility premiss over that of the reverse ontological argument. The symmetry breaker amounts to an undercutting defeater for the reverse possibility premiss based on Kripkean cases of a posteriori necessity. I argue, however, that symmetry re-arises in two forms. First, I challenge the purported asymmetry in epistemic entitlements to the original and reverse possibility premisses. Second, relevantly similar Kripkean cases equally undercut the original possibility premiss.

Ian Stoner has recently argued that we ought not to colonize Mars because doing so would flout our pro tanto obligation not to violate the principle of scientific conservation, and there is no countervailing considerations that render our violation of the principle permissible. While I remain agnostic on, my primary goal in this article is to challenge : there are countervailing considerations that render our violation of the principle permissible. As such, Stoner has failed to establish that we ought not (...) to colonize Mars. I close with some thoughts on what it would take to show that we do have an obligation to colonize Mars and related issues concerning the relationship between the way we discount our preferences over time and projects with long time horizons, like space colonization. (shrink)

Edward Feser defends the ‘Aristotelian proof’ for the existence of God, which reasons that the only adequate explanation of the existence of change is in terms of an unchangeable, purely actual being. His argument, however, relies on the falsity of the Existential Inertia Thesis, according to which concrete objects tend to persist in existence without requiring an existential sustaining cause. In this article, I first characterize the dialectical context of Feser’s Aristotelian proof, paying special attention to EIT and its rival (...) thesis—the Existential Expiration Thesis. Next, I provide a more precise characterization of EIT, after which I outline two metaphysical accounts of existential inertia. I then develop new lines of reasoning in favor of EIT that appeal to the theoretical virtues of explanatory power and simplicity. Finally, I address the predominant criticisms of EIT in the literature. (shrink)

Misconceived Consent: Miguel has stage IV lung cancer. He has nearly exhausted his treatment options when his oncologist, Dr. Llewellyn, tells him about an experimental vaccine trial that may boost his immune response to kill cancer cells. Dr. Llewellyn provides Miguel with a consent form that explains why the study is being conducted, what procedures he will undergo, what the various risks and benefits are, alternative sources of treatment, and so forth. She even sits down with him, carefully talks through (...) the most important points, and gives him time to ask questions. Though it is a Phase 1 study and the chance that he will benefit is very low, Miguel happily agrees to take part. A week later, after the first experimental injection, she asks him if he is worried about the risks. “Risks?” he asks. “I’m sure this is safe—you’re a doctor, after all!”. (shrink)

ABSTRACTAmbitious Higher-order theories of consciousness – Higher-order theories that purport to give an account of phenomenal consciousness – face a well-known objection from the possibility of ra...

Benardete paradoxes involve a beginningless set each member of which satisfies some predicate just in case no earlier member satisfies it. Such paradoxes have been wielded on behalf of arguments for the impossibility of an infinite past. These arguments often deploy patchwork principles in support of their key linking premise. Here I argue that patchwork principles fail to justify this key premise.

This chapter explores the foundation and content of the duty to respect persons. The authors argue that it is best understood as a duty to recognize people’s rights. Respect for persons therefore has specific implications for how competent and non-competent persons ought to be treated in research. For competent persons it underlies the obligation to obtain consent to many research procedures. The chapter gives an analysis of the requirements for obtaining valid consent. It then considers respect for persons as it (...) relates to four common topics: the therapeutic misconception, research with children and adolescents, the use of deception in research, and research on competent adults without their consent. (shrink)

Edward Feser defends the ‘Neo-Platonic proof ’ for the existence of the God of classical theism. After articulating the argument and a number of preliminaries, I first argue that premise three of Feser’s argument—the causal principle that every composite object requires a sustaining efficient cause to combine its parts—is both unjustified and dialectically ill-situated. I then argue that the Neo-Platonic proof fails to deliver the mindedness of the absolutely simple being and instead militates against its mindedness. Finally, I uncover two (...) tensions between Trinitarianism and the Neo-Platonic proof. (shrink)

Argument that Lewis and others are wrong that physicalism is if true then contingently true.

The modal ontological argument (MOA) proceeds from God’s possible existence to God’s actual existence. A prominent objection to the MOA is that it suffers from a symmetry problem: an exactly parallel modal ontological argument can be given for God's non-existence. Several attempts have been made to break the symmetry between the arguments. This draft is a mostly comprehensive survey of those attempts. -/- The draft was initially written as a supplement to the 2024 Summer edition of the SEP entry on (...) Ontological Arguments. However, the draft is not included in the SEP entry. (shrink)

It is common to cite the child’s “right to an open future” in discussions of how parents and the state may and should treat children. However, the right to an open future can only be useful in these discussions if we have some method for deriving the content of the right. In the paper in which he introduces the right to an open future Joel Feinberg seems to provide such a method: he derives the right from the content of adult (...) autonomy rights. In this paper I argue that his argument fails. If it is to give us guidance about the content of the child’s right to an open future, then the right should be interpreted as a right to a maximally open future. But this strong interpretation is unjustified: the arguments that can be found in Feinberg in favor of the right are invalid, and, in any case, this interpretation has implausible implications. A moderate interpretation of the right to an open future, according to which children have a right to acquire some reasonable range of skills and options, is more plausible. However, if a moderate interpretation is correct, there is not only no argument in Feinberg to support it, there is also no method for deriving the content of the right. Without such a method we have to bring in other moral considerations in order to work out the limits on parental discretion and what children are owed. The right to an open future then does no normative work. (shrink)

What explains change? Edward Feser argues in his ‘Aristotelian proof’ that the only adequate answer to these questions is ultimately in terms of an unchangeable, purely actual being. In this paper, I target the cogency of Feser’s reasoning to such an answer. In particular, I present novel paths of criticism—both undercutting and rebutting—against one of Feser’s central premises. I then argue that Feser’s inference that the unactualized actualizer lacks any potentialities contains a number of non-sequiturs.

ABSTRACT Many recent articles argue that participants who seroconvert during HIV prevention trials deserve treatment when they develop AIDS, and there is a general consensus that the participants in HIV/aids treatment trials should have continuing post‐trial access. As a result, the primary concern of many ethicists and activists has shifted from justifying an obligation to treat trial participants, to working out mechanisms through which treatment could be provided. In this paper I argue that this shift frequently conceals an important assumption: (...) that if there is an obligation to supply treatment, then any party who could provide it may be prevailed upon to discharge the obligation. This assumption is false. The reasons why trial participants should get ART affect who has the duty to provide it. We should not burden governments with the obligations of sponsors, nor researchers with the obligations of the international community. And we should not deprive a group of treatment because their need is less salient than that of research participants. Insisting otherwise may lead to people being wrongfully deprived of access to antiretrovirals. (shrink)

Pitt :735–741, 2017) has argued that reductive representationalism entails an absurdity akin to the “paramechanical hypothesis” Ryle attributed to Descartes. This paper focuses on one version of reductive representationalism: the property-complex theory. We contend that at least insofar as the property-complex theory goes, Pitt is wrong. The result is not just a response to Pitt, but also a clarification of the aims and structure of the property-complex theory.

Coercion by the recipient of consent renders that consent invalid. But what about when the coercive force comes from a third party, not from the person to whom consent would be proffered? In this paper I analyze how threats from a third party affect consent. I argue that, as with other cases of coercion, we should distinguish threats that render consent invalid from threats whose force is too weak to invalidate consent and threats that are legitimate. Illegitimate controlling third party (...) threats render consent invalid just as they do in two party cases. However, knowing that the consent is invalid is not sufficient to tell the recipient of consent what she may or should do. I argue that when presented with a token of consent from someone whom she thinks is experiencing an illegitimate controlling threat, the recipient may act on that token if and only if doing so represents a reasonable joint decision for her and the victim of coercion. The appropriate action for someone faced with third party coercion therefore depends on the other options open to her and those open to the victim of coercion. (shrink)